Carta que la Asociación de Padres de Familia Separados de la comunidad Valenciana ha
hecho llegar a jueces que ya han concedido la Custodia Compartida,
para mostrarles su apoyo y agradecimiento en nombre
de los hijos que van a disfrutarla.
Muy señor mío:
Agradecemos en gran manera su actitud pionera al plantear, aunque sólo sea en las medidas provisionales, la custodia compartida a partir del ordenamiento jurídico actual.
Como padres separados sabemos que esto es posible desde ya y que sólo una actitud ciertamente pusilánime en la judicatura española está haciendo que se opte por la custodia monoparental frente a la custodia compartida con todas las consecuencias negativas para los hijos y la sociedad en general que acarrea esta actitud.
Ciertamente la custodia compartida, a nuestro entender, es la única forma justa de proceder tanto en la separación matrimonial como en el divorcio y evitar sentencias aberrantes cuando no contradictorias e injustas.
Efectivamente, la custodia monoparental provoca, en los
hijos, una privación del derecho fundamental a tener padre y
madre en igualdad de condiciones, derecho recogido explícitamente
en la Carta de los Derechos Humanos promulgada por
la ONU. La custodia compartida lo hace efectivo.
La custodia monoparental se basa en una confusión terminológica y jurídica, entre matrimonio y familia, de graves consecuencias sociales ya que hace que se separe lo que hay que salvaguardar (familia) mientras se mantiene lo que se pretende disolver (matrimonio).
La custodia monoparental criminaliza al exconyuge al que
se le priva de la custodia de sus hijos ya que de lo contrario no
se le podría privar de un derecho tal, ni de las funciones básicas
que conlleva.
La custodia monoparental se convierte en la práctica en un
monumental atentado contra el espíritu de cualquier Constitución
moderna y en concreto contra la Constitución Española al decidir tener que dar la custodia casi en la totalidad de los casos
a la madre.
La custodia monoparental coloca los derechos del cónyuge
custodio por encima del derecho de los hijos, pervirtiendo así
el espíritu de la misma ley del divorcio. La custodia compartida
coloca el derecho de todos en el mismo plano y en este sentido,
aunque finalice el matrimonio, salva las relaciones personales
de los padres con los hijos.
La custodia monoparental, al obligar a pagar una pensión
alimenticia a través de una persona (a la que ya no le une el
vínculo matrimonial), provoca un conflicto fundamental en el
progenitor no custodio, un problema de conciencia, al tener
que aceptar la enajenación de una función básica y natural que
está por encima de todo derecho: la alimentación directa y el
cuidado y protección de su prole.
Es sabido que con esta medida, se crea un problema psicológico
de primer orden, llamado por los expertos "síndrome de
alienación parental", consistente en la dificultad cuando no imposibilidad
de mantener una relación filial normal y sana entre
padre no custodio y descendencia, al ser éste privado de las
funciones básicas de alimentar y proteger directamente sobre
las cuales se construye el vínculo afectivo.
La conculcación de este derecho además de tener graves
consecuencias en el mantenimiento de la relación afectiva y
personal de los hijos con los padres no custodios , provocan
desajustes psicológicos en los menores sobradamente recogidos
en la literatura y estadística psicológica infantil.
La custodia monoparental es la antítesis del propio divorcio.
Alarga el vínculo matrimonial (mater-moneo) bajo una
nueva fórmula: el matrimonio de servidumbre, al conculcar el
derecho a seguir conviviendo con los hijos por igual y no obstante
seguir obligándolo a pasar una pensión. Un pago semejante
sin el derecho correspondiente sólo puede basarse en un
régimen esclavista de la persona.
Además el tipo de custodia monoparental que se aplica en
España pervierte, a nuestro entender el derecho sucesorio al
aceptar que los bienes que pertenecerían a los hijos puedan ser
sustraídos por el excónyuge custodio.
Sabemos, por diferentes estudios que corroboran los datos
estadísticos, que con la custodia monoparental los hijos se sitúan
en niveles de desprotección mucho mayores que cuando
existe la custodia compartida, y los niños son víctimas en mayor
medida de la violencia doméstica.
La custodia monoparental con su corolario de pérdida del
derecho de los hijos a seguir viviendo con uno y otro padre en
igualdad de condiciones supone un juicio no sólo injusto sino
ilegitimo, ya que en realidad no existe "delito" alguno por el
que se pueda "juzgar" y privar a nadie de un tal derecho. Los
supuestos "culpables" son en primer lugar los hijos y en segundo
lugar el padre no custodio.
Además, de la manera concreta en que se procede en los
juzgados de familia en España, la actuación de los gabinetes
psicosociales se convierten en " un juicio previo" sin garantía
procesal alguna, por el que estos aportan pseudoteorías psicológicas,
obsoletas desde el punto de vista científico, y aquellos
obtienen el contenido para sus sentencias que no pueden apoyar
claramente en derecho.
Es por todo ello que no podemos sino mostrarle nuestra
gratitud, en nuestro nombre y en el de nuestros hijos e hijas.
Sabemos que su actitud, contra corriente, al margen de presiones
fácticas, le honra.
Hace muchos años que esperábamos esto de la justicia, por
eso queremos ahora hacer un reconocimiento a la lucidez, a la
generosidad y a la valentía de todos aquellos jueces que simplemente
siendo ecuánimes mueven la sociedad día a día.
Por todo ello, simplemente. Gracias.
Isidro Fresneda López
(Presidente de la Asociación
de Padres de Familia Separados
de la Comunidad Valenciana)